
18 Jul Reducción Mamaria
Se denomina hipertrofia mamaria al volumen excesivo de los senos. Su aumento puede aparecer como síntoma aislado, sobretodo en pacientes jóvenes (hipertrofia juvenil) o acompañado de la caída del pecho (hipertrofia con ptosis). En general se debe a un desarrollo exagerado de la glándula mamaria o del tejido adiposo y frecuentemente se acompaña de alteración de los tejidos (displasia mamaria) y de incapacidad de lactación.
Las hipertrofias se clasifican en grados. Las de grado uno se corresponden con aumentos subjetivos. Las de grado dos presentan síntomas físicos como dolor de espalda o alteraciones de la columna vertebral. En las de grado tres los síntomas se exacerban y los senos alcanzar tamaños desproporcionados superiores a los 1000 gr. (gigantomastia).
En definitiva, para definir una hipertrofia mamaria hemos de tener en cuenta las características sociales pero sobre todo, el biotipo de la mujer: el peso, altura, anchura del tórax y estructura ósteo-muscular.
Unos senos demasiado grandes pueden acarrear no solo problemas físicos sino también alteraciones psíquicas en grado variable. La inaceptación de la propia imagen corporal llega, incluso, a la negación de dicha parte del cuerpo, ocasionando trastornos en la esfera de las relaciones, sobre todo en el aspecto psícosexual.
La cirugía consiste en la resección o retirada del exceso de piel y glándula, en el modelado del nuevo volumen con la forma deseada, y en adaptar las areolas al tamaño y situación adecuada.
El resultado depende no sólo del cirujano sino también de las características de las mamas en cuestión: existen limitaciones impuestas por el tipo de piel, de glándula y el tamaño de ésta.
Como todo corte deja cicatriz, es natural e inevitable que ésta intervención también las deje. Lo que siempre procuramos es hacerlas lo más pequeñas y más imperceptibles posibles, para lo cual utilizamos técnicas apropiadas y las colocamos en lugares estratégicos.
Dependiendo de la técnica varía su disposición y forma, aunque es una cicatriz alrededor de la areola que desciende, de manera vertical, en forma de J invertida o de L. Cuanto mayor es el tamaño y la caída, mayor las dimensiones de la cicatriz. Actualmente he reducido de manera importante las dimensiones de la cicatriz tradicional (T invertida) pudiéndose llegar a la (J invertida).
En la cirugía de reducción mamaria las complicaciones de importancia son raras. En pacientes obesas y en las grandes hipertrofias aumenta el riesgo de lipólisis o necrosis grasa debido a la delicadeza del tejido. Pueden aparecer pequeñas alteraciones de la cicatriz por rechazo de los puntos internos de sutura, que se corrigen sin dificultad. La formación de queloide es rara en nuestro medio aunque posible. El sufrimiento de los colgajos o la pérdida parcial o total de la areola y pezón, así como las infecciones son excepcionales.
En definitiva, el resultado suele ser muy satisfactorio para la paciente, la cual recupera una parte de su cuerpo que antes no aceptaba, elimina la causa de un trastorno psícosexual y alivia el peso de una carga que la naturaleza le había regalado.
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